"Huellas de Filón en la exégesis patrística de la expulsión del paraíso"
Uno de los tratados más breves de los que componen la serie del Comentario alegórico que Filón dedicó a una interpretación continua del Génesis, se abre con la exégesis de Gn 3, 22-24, texto que relata la escena del destierro del hombre del paraíso. Se trata del De Cherubin, insertado en cuarto lugar entre los libros del mencionado comentario. En su interpretación alegórica, el Alejandrino contrasta las dos expulsiones, primero transitoria y luego definitiva, de Adán y de Agar. Tal paralelismo encuentra eco en los exégetas judíos que distinguían dos exilios correlativos a las dos ascensiones de Adán al paraíso (Gn 2, 8 y Gn 2, 15). Entre los cristianos de la Patrística asiática, será Teófilo de Antioquía el primero en recoger la parádosis de un doble ascenso del protoplasto, primero hacia el jardín del Edén y luego a la resurrección de la carne. Ireneo de Lyon, seguidor del antioqueno, en cuanto a Gn 3, 24 se aparta de la interpretación de las dos traslaciones de Adán y, por lo tanto, de la línea exegética abierta por Filón, pero se encausará en la misma al momento de definir el castigo impuesto por Dios al primer hombre (Adv. haer. III, 23, 6), a saber, la muerte, que es a su vez, el fin de sus desgracias. Por su parte, los gnósticos que están detrás del tratado Sobre el origen del mundo, hacen derivar la decadencia y acortamiento de la vida del hombre de aquella dramática escena de su pasado primordial.